A vueltas con el otoño, quizás la fascinación que nos produce sea esa mezcla de melancolía envuelta en las nieblas del amanecer.
La dorada luz del atardecer filtrándose en el alcornocal, se lleva consigo hacia la noche los colores del escaramujo y del rosal silvestre, de la flor del calabacín y de la calabaza, mientras la coliflor atesora las gotas de lluvia del temporal que ya fue, que ya dejó la humedad suficiente para que medrase la seta sobre el tronco del eucalipto.
Amarillean las hojas de los árboles.
Se queda en la mirada lo que ofrece el otoño.
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lunes, 28 de octubre de 2013
sábado, 12 de octubre de 2013
HE VOLADO CON LAS GRULLAS POR ENCIMA DE LA NIEBLA
Ahora que viene el frío, ahora que comienzan a llegar- las grullas, me refiero-, me acuerdo de este poema que escribí un día, hace ya mucho tiempo, y que quiero compartir.
"Me llegó un aire
fresco.
Y ahora sé que he
volado.
He volado con las
grullas por encima de la niebla y he pintado de rojo sus coronas.
De rojo el gorjeo de las golondrinas.
He dejado la impronta de mis manos en las paredes de una cueva,
la espiral de la vida sobre estelas ocultas en la sierra.
El lamento de un
guerrero desarmado.
He trazado un camino flanqueado de miliarios.
Mil pasos que
aún no he dado.
Oteando la llanura
sobre las almenas de un castillo en el roquedo.
He oído el son
de las merinas trashumantes.
He hollado horizontes.
Donde las
sombras del suelo son las nubes del cielo.
He robado.
El negro de
una nube.
Anuncio de tormenta.
El verde de la
hierba a la sombra de la encina.
El ocre del
terruño.
Que espera al arado.
¡Ladrón de colores!,
me acusaba la brisa.
Del púrpura
del cantueso que huele a sol.
Del blanco del
almendro.
Del escaramujo florecido.
Del rosa de la
peonía.
Rosa albardera.
Del rojo
vestido de las amapolas.
Ladrón de colores.
Y he soñado.
Con un lienzo
iluminado de atardeceres.
Iluminado.
Con las flores
infinitas que retengo en la mirada.”
martes, 8 de octubre de 2013
EL ALMA ENTRELAZADA
“Dicen que, a veces, el alma se queda.
Entrelazada.
Agazapada en el silencio del fondo de un valle.
O escondida en el corazón de los troncos.
Escuchando
el ulular del cárabo en la noche.
O vaga libre por entre los montes,
en pos del viento,
besando las laderas.
No quiere el alma
despegarse de la tierra.
Dicen que, a veces,
se escucha la risa cuando el alma juega.
Y se huele la humedad de la hierba,
y el frescor de los prados
donde el alma sueña.”
(De Pilar López para la exposición en Salamanca del pintor David Rodrigo Rodríguez. Año 2006)
OTOÑO de David Rodrigo
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